CARTA DESDE SAN PEDRO SULA

San Pedro Sula, 24 de mayo de 2023

Queridos amigos, un saludo lleno de cariño desde estas tierras hondureñas.

Siento que pasara el mes de abril sin escribir, pero la verdad es que estuvimos pintando y limpiando la casa donde vivimos, que es inmensa, y fuera de las actividades cotidianas no encontré tiempo para otra cosa que no fuera urgentísima e imprescindible. Además, la semana pasada estuve en Roma, en reuniones de dos equipos congregacionales, preparando cosas de cara al XVIII Capítulo General que celebraremos en julio, así que el tiempo se me ha hecho verdaderamente corto para todo lo que tenía que hacer.

Os cuento que en nuestros jardines de infancia el curso sigue evolucionando favorablemente y cada día los niños van aprendiendo nuevos conocimientos y habilidades. El segundo domingo de mayo se celebra aquí el día de las madres. Como ya os comenté en mi anterior carta, en nuestros jardines celebramos con intensidad el día de la familia en agosto, en vez del día del padre y de la madre por separado, para evitar que los niños que no tienen alguno de los dos no se sientan mal. Eso sí, el viernes correspondiente todos hicieron una tarjetita para felicitar a quien sientan como su mamá.

Hemos empezado a ofrecer un servicio de atención psicológica para aquellos niños que lo necesitan, especialmente aquellos que muestran algún tipo de agresividad aprendida en el ambiente en el que viven. Incluso ya se ha detectado algún caso de autismo, lo cual es algo importante. Además, estos días tenemos la suerte de contar con una brigada medica que está pasando de manera gratuita por todos los jardines desparasitando a los niños, dándoles vitaminas, cepillo y pasta de dientes.

En cuanto al cuidado de las Madres Maestras, en abril les di un retiro de Pascua para ayudarles a vivir este tiempo, centrando el tema en la mirada resucitada y resucitadora que Jesús nos invita a tener sobre nosotras mismas y sobre los demás. Por otra parte, el viernes pasado tuvimos la formación mensual, que esta vez fue en torno al tema de la comunicación y los conflictos que se producen en las relaciones interpersonales a causa de una no buena práctica comunicativa. Ese día fue todo un reto, puesto que hubo corte de electricidad en la zona y con el calor que está haciendo era impensable meter a 80 mujeres en el salón sin ningún tipo de ventilación. Afortunadamente, el director del colegio con el que compartimos espacio me propuso dar el tema en unas gradas que hay detrás de la cafetería del colegio. El espacio era un poco estrecho, pero al menos no da el sol por la mañana, así que lo limpiamos y ahí nos acomodamos. A pesar de las circunstancias, las mujeres aprovecharon bien la formación, hubo un ambiente muy participativo y creo que fue provechoso.

Al terminar, pasamos a una galera que tenemos, en la que habíamos preparado un bazar con ropa a precios muy baratos que les fueran asequibles. Es una actividad que vamos a seguir realizando cada mes, con ropa y otros artículos, a fin de ir recaudando dinero para el jardín que tenemos que construir.

En cuanto a la Pastoral Social, he seguido dando la formación mensual a los miembros de los diferentes equipos, profundizando en el contenido de la Fratelli Tutti. Pero este mes, además, hemos tenido una actividad a nivel parroquial: el Gran Bingo de la Pastoral Social. Fue el domingo pasado, duró cuatro horas y fue algo increíble. Participaron 425 personas y el ambiente fue estupendo, muy familiar. Habíamos conseguido muchísimos regalos donados y bastante buenos. Cada equipo de pastoral social de las diferentes comunidades tuvo oportunidad de vender comida y bebida, así que podías encontrar desde los típicos tamales, pupusas, tajadas con carne o pasteles de pollo, hasta donas, macheteadas, palomitas, horchata, refrescos… En fin, suficiente variedad para todos los gustos. A mí me pidieron que ayudara a vender los tickets para la comida y la verdad es que no paré en todo el rato. De hecho, tenía mi cartoncito para jugar, pero era imposible poder estar atenta a todos los números que se decían porque continuamente venía gente a comprar. El caso es que echamos una tarde estupenda y, además, se recaudó bastante. Fue una auténtica bendición que la gente respondiera de esa manera.

Al terminar el bingo me tuve que volver rapidito para casa puesto que teníamos allí otra actividad. No recuerdo si en algún momento os he contado que nuestra parroquia se llama Nuestra Señora de Guadalupe y está celebrando sus 50 años. Una de las actividades especiales que se está realizando para festejar el aniversario es ir llevando una imagen de la Virgen de Guadalupe de comunidad en comunidad el 20 o el 21 de cada mes. El sábado tocaba que llegara a nuestra comunidad, donde la recibimos con aires muy festivos, y los dos primeros días se quedaba en nuestra casa. Lo decidido es que cada tarde la gente de la comunidad se reúne en la casa donde está la Virgen y allí se hace una oración mariana. En caso de que toque traslado, como ha sido estos dos últimos días, vamos a la casa donde se encuentra la imagen y la llevamos a la nueva casa que la acoge, siendo allí donde se hace la oración. A menos que alguna familia prefiera tener algo más íntimo, así estaremos durante todo el mes que la tendremos. Es una manera de seguir fomentando los lazos comunitarios, al tiempo que podemos profundizar en aspectos de María que nos ayudan en nuestro proceso de fe y, ¿Quién sabe? Quizá hasta algo más que no se vea de manera externa…

Podría contaros más cosas, pero hoy volvemos a tener corte de luz y -aparte de estar sudando la gota gorda- ya se me está agotando la batería del ordenador, por lo que mejor doy por terminada la carta, vaya a ser que por querer continuarla mañana no vuelva a encontrar tiempo hasta dentro de varios días, como me ha pasado otras veces. Termino con mis mejores deseos para cada persona que me lea y, estando ya tan cerca de la solemnidad de Pentecostés, pido al Señor de la Vida que envíe su Espíritu cada día sobre cada uno de nosotros para que podamos vivir con la mayor coherencia posible, llevar nuestras dificultades y problemas con fortaleza y esperanza, y ser conscientes en todo momento de la gran misión que todos tenemos en este mundo.

Un abrazo grande lleno de cariño,

Lidia Alcántara Ivars, misionera claretiana