Del 5 al 8 de diciembre participamos en el JOMI 2013, con el tema “Acción social y cooperación misionera”.

Llegamos  a Barcelona y nos acogieron con mucho cariño en la Parroquia Santo Tomás de Aquino. Allí se nos entregó una carpeta con materiales y nos fuimos presentando los participantes, llegados de diferentes puntos donde está presente la familia claretiana en España.

Al día siguiente tuvimos una conferencia sobre “Desarrollo humano, integral, solidario y sostenible” a cargo de Eduard Ibañez, presidente de la Comisión General de Justicia y Paz de España. Nos presentó la Doctrina Social de la Iglesia como el secreto más bien guardado. Insistió en que la fe sin una práctica en la sociedad no es auténtica. Nos hizo caer en la cuenta del crecimiento de las injusticias en el comercio mundial, con la dependencia cada vez mayor de los países pobres respecto a los ricos, provocando grandes desigualdades. Señaló entre los  males de nuestro tiempo: La globalización sin gobierno, la antropología materialista, las ideologías individualistas, la crisis política,  la fe en la violencia, etc. Nos impresionó con algunas cifras, como el gasto militar diario en España de 45 millones de euros. Y entre los retos que propuso para un desarrollo humano integral destacó: La necesidad de someter la economía a la ética, dando más espacio a las iniciativas que buscan el bien del ser humano por encima del crecimiento económico; una economía social de mercado, que tenga en cuenta los derechos sociales; una política que priorice a quienes quedan al margen. Señalo la fe en Jesucristo  como  fundamento para el desarrollo integral del ser humano, para no caer en un activismo sin fundamento. Nos ayudó a descubrir que podemos hablar miles de idiomas, pero hasta que no hablemos el lenguaje del Amor de Dios no nos pondremos de acuerdo para construir un mundo más justo.

La tarde del día 6 y la mañana del 7 disfrutamos compartiendo varias las experiencias de compromiso con los más desfavorecidos de nuestra sociedad, entre ellas:

“Estela Maris”, que acogen a los marineros que llegan al puerto de Barcelona, suben a los barcos para darles la bienvenida y les proporcionan un lugar de acogida, donde pueden comunicarse con su familia, tener asistencia religiosa y un “hogar” donde estar seguros mientras dura su estancia en la ciudad, así mismo proporcionan asesoramiento jurídico a los que se encuentran a la deriva porque su embarcación ha sido abandonada por sus respectivos dueños.

“Obra Marillac”, de las Hijas de la Caridad, donde son acogidos hombres que vivían en la calle, que han salido de las cárceles y que a consecuencia de la droga o el alcohol destruyeron sus vidas y las de sus familias. Aquí tienen la oportunidad de ponerse en pie y reconstruir sus vidas.

“Dentistas sobre ruedas”, que comenzaron su trabajo en el tercer mundo, atendiendo a las poblaciones más aisladas de las ciudades en varios países de África y América, y ante la situación de crisis actual en España han creado una clínica solidaria, en las que dentistas voluntarios atienden a personas que no podrían pagar los tratamientos.

“Ayer allí hoy aquí”, que se dedica a la reinserción de mujeres. Han abierto una casa de acogida para mujeres en situación  extrema, la mayoría inmigrantes. Este lugar fue donado por una congregación religiosa que tuvo que cerrar su colegio. Ellas se autosubvencionan vendiendo ropa y alimentos, y al mismo tiempo acogen a familiares de enfermos de un hospital cercano,  que no podrían pagar un hotel, cobrándoles una cuota mínima.

El mismo día 7 gozamos contemplando la maravillosa obra de la Sagrada Familia, que nos dejó a todos con la boca abierta. Y después de comer Iluminada Merino, responsable de Cáritas Diocesana, nos ayudó a reflexionar lo que supone ser voluntario, que más que actividades se trata de un estilo de vida. Este mismo día por la noche fuimos amenizados por el grupo “Los ronderos”, del centro de acogida de las Hijas de la Caridad,  que nos alegraron con sus cantos y nos hicieron bailar.

Y nos despedimos el día 8 con el manifiesto final del encuentro, agradeciendo todo lo vivido y deseando que todo sirva para transformar nuestras vidas y colaborar en la construcción de un mundo más justo y humano.