Testimonio Níjar – Colegio Mater de Madrid

“Sueña”. Qué bonitas palabras me decía mi abuela de pequeño, y yo, siempre el oído bien abierto le respondía: “mi sueño es ser futbolista”. Hoy lo pienso y se me ponen los pelos de punta.

Hace unos años teníamos unos sueños y unas aspiraciones para el futuro, y generalmente estos iban cambiando cada semana en función de la película que veía en el cine: un día policía, al otro militar, un gran empresario…En cambio, para mí el futbol-sala no ha sido fruto de la ciencia ficción, sino de la dedicación y ambición, y este se va incrementando con el paso del tiempo. Ese era mi gran sueño.

Y sí, digo era, porque hace un par de semanas he vivido una experiencia inolvidable que me ha hecho cambiar de opinión sobre el ámbito de los sueños y las metas, y ahora os explicaré por qué. Hace unos días estuve en San Isidro de Níjar (Almería) con el resto de mis compañeros de una actividad de voluntariado, y conocimos personas inmigrantes que de verdad nos tocaron el corazón. Nos contaron como habían llegado a España y la infinidad de adversidades que habían sufrido; algunos de ellos perdieron la familia y muchos estuvieron a punto de quedarse en el intento de entrar en el país; pero lo que más nos llamó la atención fue la sonrisa con la que siempre nos recibían y la ilusión que le ponen a todo.

Conocimos un chico que trabajaban en los almacenes y no tenía familia ni amigos; y apenas recibía un sueldo que era incapaz de cubrir sus necesidades básicas; en cambio, nos contó que lucharía por cumplir su sueño: ser carpintero en una gran ciudad.

Este tipo de vivencias me han hecho darme cuenta de que muchas veces somos unos inconscientes porque no valoramos las cosas que tenemos; empezando por la familia o la educación, y que damos por hecho bienes materiales que a otras personas les puede constar una vida entera trabajando para conseguirlos. Ellos tienen los mismos sueños que nosotros; pero posiblemente tengan el triple de dificultades para conseguirlos, ya que definitivamente lo único que nos diferencia de ellos es el país donde nacemos, únicamente eso.

Posiblemente, si hoy me preguntaran cual es mi sueño, me costaría más esfuerzo responder, no me expresaría con exactitud; pero este se basaría en asegurar un futuro feliz para todas las personas y que no tengan que vivir lo que han vivido esas personas que he conocido, al igual que otros millones de anónimos que sufren en silencio. Mis metas como futbolista o mis miedos en los estudios no merecen ni la décima parte de atención que esas personas. Como dijo un compañero mío: “y luego soy tan ingenuo de tenerle miedo a un examen, y en cambio estas personas han tenido que pasar semanas en la calle sin comida ni techo…¡Cuánta razón tiene!

A partir de ahora voy a empezar a contarle a la gente la experiencia que he vivido y les plantearé una pregunta muy directa: ¿Si ellos luchan por sus sueños, por qué no tú?

Jaime