«Del 30 de noviembre al 11 de diciembre, los líderes mundiales se reúnen en París para tratar de alcanzar un acuerdo universal y vinculante para frenar el cambio climático, mitigar sus consecuencias, especialmente para los países más pobres, y dar pasos firmes hacia otro modelo de desarrollo. Sabemos que en ello está en juego la supervivencia de la humanidad y de toda la vida sobre el planeta.
Con su reciente encíclica Laudato si´, el Papa Francisco ha mostrado claramente cómo la defensa y el cuidado de la Tierra, devastada y amenazada por la acción humana, no es para los cristianos una cuestión secundaria sino que es una exigencia que brota del núcleo de nuestra fe.
Queremos acompañar con nuestra oración la búsqueda de los líderes mundiales en París, con el deseo de que sean capaces de asumir compromisos valientes, guiados por la justicia y la solidaridad. Nos unimos en nuestra oración a los creyentes de otras tradiciones espirituales que también hacen suya la urgencia de cuidar nuestra “casa común”, así como la llamada a una transformación del corazón y de los estilos de vida que renueven la relación entre las personas y el planeta. […]»