DÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

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10 DE DICIEMBRE 2015

DÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

ORACIÓN

Silencio y palabras de introducción

 CANTO (a elegir por la Asamblea)

 LEEMOS Y MEDITAMOS

 Del discurso del Papa Francisco al Congreso de EEUU (24 de setiembre de 2015) sobre la violencia, el extremismo y la polarización en buenos y malos:

“Todos conocemos y estamos sumamente preocupados por la inquietante situación social y política de nuestro tiempo. El mundo es cada vez más un lugar de conflictos violentos, de odio nocivo, de sangrienta atrocidad, cometida incluso en el nombre de Dios y de la religión. Somos conscientes de que ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico.

Esto nos urge a estar atentos frente a cualquier tipo de fundamentalismo de índole religiosa o del tipo que fuere. Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar. Y, por otra parte, puede generarse una tentación a la que hemos de prestar especial atención: el reduccionismo simplista que divide la realidad en buenos y malos; permítanme usar la expresión: en justos y pecadores.

El mundo contemporáneo con sus heridas, que sangran en tantos hermanos nuestros, nos convoca a afrontar todas las polarizaciones que pretenden dividirlo en dos bandos. Sabemos que en el afán de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar. A eso este pueblo dice: No.

Nuestra respuesta, en cambio, es de esperanza y de reconciliación, de paz y de justicia. Se nos pide tener el coraje y usar nuestra inteligencia para resolver las crisis geopolíticas y económicas que abundan hoy. Nuestro trabajo se centra en devolver la esperanza, corregir las injusticias, mantener la fe en los compromisos, promoviendo así la recuperación de las personas y de los pueblos. Ir hacia delante juntos, en un renovado espíritu de fraternidad y solidaridad, cooperando con entusiasmo al bien común”.

Nos ilumina la PALABRA DE DIOS

 “El Señor será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados,  de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra” (Is 2,4-6).

“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. Nadie hará daño ni mal en todo mi santo monte; porque la tierra se llenará del conocimiento de Yahvé, como las aguas cubren el mar” (Is 11,6.9)

 Silencio – oración

LEEMOS Y MEDITAMOS

Del discurso del Papa Francisco al Congreso de EEUU sobre refugiados y migrantes

“Nuestro mundo está afrontando una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Lo que representa grandes desafíos y decisiones difíciles de tomar. A lo que se suma, en este continente, las miles de personas que se ven obligadas a viajar hacia el norte en búsqueda de una vida mejor para sí y para sus seres queridos, en un anhelo de vida con mayores oportunidades. ¿Acaso no es lo que nosotros queremos para nuestros hijos? No debemos dejarnos intimidar por los números, más bien mirar a las personas, sus rostros, escuchar sus historias mientras luchamos por asegurarles nuestra mejor respuesta a su situación. Una respuesta que siempre será humana, justa y fraterna. Cuidémonos de una tentación contemporánea: descartar todo lo que moleste. Recordemos la regla de oro: «Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes» (Mt 7,12).

Esta regla nos da un parámetro de acción bien preciso: tratemos a los demás con la misma pasión y compasión con la que queremos ser tratados. Busquemos para los demás las mismas posibilidades que deseamos para nosotros. Acompañemos el crecimiento de los otros como queremos ser acompañados. En definitiva: queremos seguridad, demos seguridad; queremos vida, demos vida; queremos oportunidades, brindemos oportunidades. El parámetro que usemos para los demás será el parámetro que el tiempo usará con nosotros. La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo.

Nos ilumina la PALABRA DE DIOS

“En este monte el Señor de los ejércitos ofrecerá un banquete a todos los pueblos. Habrá los manjares más suculentos y los vinos más refinados. En este monte rasgará el velo con que se cubren todos los pueblos, el velo que envuelve a todas las naciones. Dios el Señor destruirá a la muerte para siempre, enjugará de todos los rostros toda lágrima, y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo. El Señor lo ha dicho” (Is 25,6-9)

 “Volverán los rescatados de Yahvé, y vendrán a Sión con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas: y retendrán el gozo y alegría, y huirá la tristeza y el gemido (Is 35,10)

 Silencio-oración

ORACIÓN POR LOS DERECHOS HUMANOS

(elaborada por cristianos de Bamenda, Camerún)

Dios, Padre de todos, te damos gracias

porque todos los hombres, mujeres y niños,

nacemos libres e iguales en dignidad y derechos.

Ayúdanos a vivir en tu presencia como hermanos y hermanas.

Señor Jesús, llegaste entre nosotros como uno más y no te aceptamos.

Es lo mismo que ocurre hoy:

en muchos países, a multitud de nuestros hermanos y hermanas,

se les niegan sus derechos humanos.

Tú sigues siendo crucificado en ellos. Perdónanos y sálvanos.

Espíritu Santo, luz de nuestros corazones,

ven y enséñanos la sabiduría que nace de nuestra dignidad de hijos e hijas de Dios.

Danos poder para crear un mundo donde quepamos todos.

Señor, ya que nacemos libres,

haz que permanezcamos libres hasta que retornemos a Ti.

Compartimos nuestra oración, hacemos presentes situaciones, grupos, personas cuyos derechos humanos son vulnerados, expresamos nuestras llamadas y deseos…

 ORACION FINAL

Dios, Padre y Madre, tu eres el autor de la vida,

abre nuestros corazones con tu Espíritu

para que nos reconozcamos como hermanos y hermanas

y por lo mismo sujetos de todos los derechos propios de cada ser humano.

Enséñanos a valorar a quienes llamados por ti,

son creados a imagen tuya,

para que te adoremos en el respeto de su vida,

en todas sus manifestaciones

y podamos reconocerte a ti en ellos

y entre todos hagamos de este mundo un mundo mejor,

un mundo más habitable, más fraterno, más humano.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Oración día de los derechos humanos 2015