Los días 5 y 6 de abril, en el marco de la XIX Asamblea General de la ONG-D Korima Claretianas, se celebró en Madrid un encuentro de delegaciones y voluntarios, trabajando, de la mano de Luis Antonio Rodríguez Huertas, el hecho migratorio.
El viernes por la tarde, fuimos llegando a la casa de Julián Hernández, representantes de las diferentes delegaciones de Korima, así como voluntarios y religiosas, procedentes de distintos puntos de España: Valencia, Carcaixent, Murcia, Vélez Rubio (Almería), Zafra (Badajoz), Tremp (Lérida), Zaragoza, Granada y Madrid. Comenzamos el encuentro con una oración preparada por el grupo misionero de “Korima Pasos” del Colegio Mater Immaculata (Madrid), reflexionando sobre nuestra condición de inmigrantes, desde nuestra propia vida, a la luz de la Palabra… trayendo al corazón todas aquellas realidades humanas que, a lo largo de los años y desde los diferentes lugares en los que habíamos vivido o visitado, habían dejado huella en nosotros.
El sábado fue un día intenso y cargado de emociones. Comenzamos la mañana aplicando al hecho migratorio la “estrategia TDA” y desvelándose uno de los misterios del encuentro, el significado de estas siglas…
Luis nos explicaba el sentido de la primera letra, “T: Tocar”, porque solo cuando una realidad nos alcanza, nos duele y la hacemos nuestra, puede afectarnos e impulsarnos a la acción… Desde ahí, nos invitaba a salir a “tocar” la inmigración, a dejarnos “afectar” por ella. Y así, en pequeños grupos, visitando diferentes zonas de Madrid, pudimos entrar en contacto, con hombres y mujeres que un día dejaron atrás sus países, sus hogares, sus trabajos y familias en busca de un futuro mejor… A la vuelta, tuvimos un espacio para compartir y reflexionar sobre lo que habíamos experimentado tras ponerle rostro y nombre a la inmigración, para a continuación meternos de lleno con la segunda letra de la “estrategia TDA”, D, de discernimiento.
Todavía con el corazón profundamente afectado, pudimos escuchar el testimonio de Agustín Marie Ndour Ndong, inmigrante senegalés que llegó hace 19 años a nuestro país y que nos explicó brevemente las causas de la migración africana, haciéndonos caer en la cuenta de que el fenómeno migratorio es inherente a la condición humana y que, en el caso del continente africano, en su origen, no solo está la historia de esclavitud y colonialismo que marcó la vida de estos países durante siglos, sino también esas “relaciones vampíricas” a nivel comercial que caracterizan las políticas económicas de las grandes multinacionales y que nosotros, con nuestra forma de vida, alimentamos… Desde ahí, se nos invitó a discernir qué podemos hacer en nuestro día a día, para construir un mundo mejor y más humano, con los dones y posibilidades que cada uno tenemos.
Después de la comida y tras de un breve descanso, comenzamos la tarde de mano del Papa Francisco, con la lectura del “Koriprensa”, una selección de textos significativos del Papa en relación a la inmigración y al desarrollo económico sostenible de nuestro planeta.
Así, pudimos ir descubriendo diferentes principios de intervención en relación al hecho migratorio:
- la existencia de las periferias, ya no solo en nuestras ciudades, sino aquellas que nosotros, con nuestra forma de hablar y etiquetar a los demás, vamos construyendo.
- la conmoción, verdadero motor de nuestro corazón, pues solo la compasión nos puede llevar a erradicar esta lacra de nuestra sociedad.
- la comunidad, pues es trabajando en red, con otros y sin perder el optimismo, la única forma posible de cambiar el mundo.
- la dignidad universal del ser humano, pues todos somos hijos de Dios.
- la necesidad de tender a la promoción humana frente a las prácticas asistencialistas, haciendo en todo momento, protagonistas a los destinatarios de nuestra acción.
- y siempre desde una visión y análisis creyente de la realidad…
Con todas estas claves en nuestro haber, pudimos descubrir el significado de la última letra de la “estrategia TDA”, y como no podía ser de otro modo, la letra A representaba al Amor, porque solo la actuación que tiene como base el amor verdadero, es realmente generadora y constructiva. Y desde esa clave se nos invitaba a ser casa para el otro, hogar en el que toda la humanidad, tenga cabida.
Desde ahí, se nos presentó el testimonio de Dauda, un chico de Costa de Marfil que formó parte, durante un tiempo, del Proyecto Berakah, del que la comunidad claretiana de Sevilla forma parte.
Con sus palabras y la invitación de soltar amarras para amar, terminamos el encuentro, concluyendo la jornada con la celebración de la XIX Asamblea General de Korima.
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