Dos libros recientes analizan el papel de las ONG y la forma de entender la cooperación internacional al desarrollo, con sus resultados más o menos positivos.
ANTICOOPERACIÓN. INTERFERENCIAS NORTE-SUR.
De David Llistar. Publicado en 2009 por Icaria editorial.
¿Qué sentido tiene el actual sistema de ayuda internacional frente a instrumentos transnacionales mucho más potentes que generan pobreza, destruyen ecosistemas o permiten la violación de los Derechos Humanos? ¿Cómo explicar que tras 60 años de cooperación internacional al desarrollo, el mundo de los empobrecidos, en su conjunto, no haya mejorado? Para responder a estas preguntas, este libro propone y desarrolla el concepto de “anticooperación”. Se refiere al conjunto de interferencias negativas, desestructurantes, activadas desde el Norte (Global) hacia el Sur (Global).
En esta obra se comparan los flujos de la cooperación al desarrollo con los asociados a los principales mecanismos de anticooperación. Así, se sostiene que aún si la ayuda internacional fuera de calidad o eficaz, sus efectos serían globalmente inferiores. La anticooperación resulta ser más potente en términos económicos, políticos, culturales y ambientales. Desde esa perspectiva, el autor vuelve a examinar ámbitos como la deuda externa, el comercio internacional, la producción de tecnología, el cambio climático, el cribado migratorio, la guerra, o la propia ayuda, entre otros. Contraponiendo “cooperación” y “anticooperación”, se esbozan así retos para el sector de la cooperación y los movimientos sociales de justicia global en general, en su voluntad de transformación de las relaciones desiguales que caracterizan a la globalización capitalista.
BLANCO NEGRO BUSCA NEGRO POBRE.
De Gustau Nerín. Publicado en 2011 por Roca Editorial.
Hace cincuenta años que se inició la cooperación. Cincuenta años que no han servido para tanto como nos creemos. Europa ha demostrado ser un pozo sin fondo de donantes y África, un pozo sin fondo de fracasos. Por ineptitud, por poca sostenibilidad, por corrupción, por intereses ocultos, por ignorancia de las formas de vida africanas… Aún así ha calado la idea de que los problemas africanos se solucionarán con proyectos de desarrollo, que la opinión pública juzga por las buenas intenciones y no por los buenos resultados.
En Blanco bueno busca negro pobre, Gustau Nerín, un antropólogo con excepcional conocimiento del continente africano, desmitifica la cooperación internacional. A través de su experiencia, y con argumentos económicos, sociológicos, morales y, cómo no, antropológicos pone en entredicho las bondades de las ONG y las ayudas oficiales para el desarrollo.