CARTA DESDE MANOGUAYABO – JULIO 2014

Manoguayabo, 14 de julio de 2014

Queridos amigos:
Con la confianza de que todos os encontréis bien, y disfrutando quienes ya las tengan de las merecidas vacaciones veraniegas, os envío como cada mes unas letritas para contaros más sobre esta realidad.
Por aquí ya se dieron las vacaciones escolares a principios de junio. De hecho, durante las dos primeras semanas de ese mes solo asistieron a nuestra escuela los alumnos de octavo curso, para recibir lo que aquí se llaman “clínicas”. Éstas son unas clases de repaso de las cuatro materias principales: matemáticas, lengua española, ciencias naturales y ciencias sociales, que sirven para que los alumnos se preparen de cara a las Pruebas Nacionales que deben pasar. En República Dominicana hay Pruebas Nacionales al terminar 8º de Educación Primaria y 4º de Bachillerato. Este ha sido el primer año que nosotras hemos tenido el curso de 8º, por lo que era primera experiencia. Sin embargo, se ve que nuestros alumnos iban bien preparados porque, excepto una que ha suspendido una materia, todos los demás han aprobado las cuatro asignaturas y tienen ya acceso libre al Bachillerato.
Otra cuestión es que todos encuentren un liceo (instituto) donde poder cursarlo, al menos por la zona, porque realmente tenemos un problema con esto. En nuestros barrios de Hato Nuevo y Bienvenido el índice de población infantil es muy elevado. Pero el número de escuelas no es en absoluto suficiente para atender a todos estos niños. De hecho, solo en Bienvenido se han censado no hace mucho más de 250 infantes que están sin escolarizar… La cuestión es que el Gobierno ha construido un liceo en nuestra zona, pero dicho liceo ni siquiera tiene aulas suficientes para acoger a todos los alumnos de la zona que acaban de terminar 8º, por lo que muchos de ellos, al no contar con los recursos necesarios para usar transporte público diariamente hasta otro sitio, probablemente dejen de estudiar a pesar de estar capacitados a nivel intelectual para ello. ¡Todo un drama!
En cuanto a la Pastoral Social, este mes quiero hablaros de unos pequeñajos con capacidad para robarle el corazón a cualquiera. Se trata de tres hermanitos que conocí hace unas semanas: Sandro, con 9 años, Alfredo, de 4 años, y Jeffrey, de uno y medio. La mamá de estos niños murió hace un año, y el papá está desaparecido desde hace seis meses. Nadie sabe si sigue vivo o le ha pasado algo, porque parece ser que nunca estuvo más de dos semanas sin ver a sus hijos. Al morir la mamá, un primo de ella se hizo cargo del más pequeño, y un hermano del papá acogió en su casa a los otros dos. Pero la situación en la que se encuentran los niños es muy precaria, porque este hombre no tiene recursos para mantener a su propia familia, con lo cual, mucho menos para alimentar a dos niños en edad de crecimiento.
La tarde que fui a la casa a conocerlos se me cayó el alma a los pies. Sandro estaba con la Chikungunya, y lo encontré tirado en el suelo, encendido en fiebre y sin haber comido nada en todo el día. Nos estuvimos planteando la situación por ver cómo podíamos ayudarles y decidimos que, para empezar, había que darles de comer todos los días. De este modo, acordamos que una de las colaboradoras de la Pastoral Social cocinaría para ellos todos los días y los niños irían a su casa a mediodía a comer. Así se ha venido haciendo en las dos últimas semanas.

11 Sandro y Alfredo
Podéis imaginar lo contentos que están los niños. El mayor nos regala preciosas sonrisas de agradecimiento continuamente. Alfredo, sin embargo, es más parco en sus expresiones. Es obvio que el chico está muy afectado por lo que le ha tocado vivir y que le cuesta expresar sus emociones y sentimientos. De hecho, nunca habla de su mamá, mientras que Sandro sí. La segunda vez que fui a verlos, por aquello de ir creando cercanía con ellos les conté que tengo a mis padres muy lejos y que los echo mucho de menos. Acto seguido, les pregunté si ellos también echaban de menos a los suyos, y Sandro empezó a enumerar muchísimas cosas que su madre le había enseñado. Ese muchacho hablaba con tanto cariño y tanta devoción por su madre, que realmente me emocionó.
Cuando hablamos con el hermano del padre que supuestamente se hizo cargo de ellos, nos comentó su situación personal y nos pidió que les encontráramos algún sitio donde llevarlos, porque a él se le hace imposible sostenerlos. Desde entonces nos hemos estado moviendo, buscando alguna fundación o asociación que se dedique a esto. Hasta el momento, nada de lo que hemos visto nos convence, porque lo que hemos encontrado implica separar a los dos hermanitos y queremos evitarlo a toda costa, ya que solo se tienen el uno al otro. Sabemos de un centro muy bueno que los podría acoger a los dos, pero dicho centro impone como condición asumir la tutoría legal de los niños por lo que, en caso de que algún día apareciera el papá, ya no podría recuperarlos. Como podéis imaginar, la situación no es nada fácil. Por el momento les ayudamos dándoles de comer, así como con la ropita y zapatos que vamos consiguiendo y medicinas. Pero somos conscientes de que este arreglo no puede ser eterno, sobre todo porque tampoco contamos con los recursos para su manutención por mucho tiempo, así que os pido que recéis para que podamos encontrar una solución buena para ellos.
También quiero pediros que oréis por Chipi, una niña de 7 años que acabo de conocer. Por desgracia, ya nació con VIH-SIDA. Vive con sus padres y sus dos hermanitas pequeñas que, afortunadamente, han tenido más suerte que ella. Chipi está tan mal que ya la semana pasada la despacharon del hospital, porque la dan por perdida. Está flaquita, flaquita, con la boquita llena de llagas, sin hambre y absolutamente deshidratada. Lógicamente no tiene fuerzas para nada y pasa el día bajo la mirada compasiva de sus padres y vecinos. Los sentimientos de impotencia y frustración que genera son grandes…
Por lo demás, cada vez son más las personas enfermas y sin recursos a las que estamos visitando y ayudando de diferentes maneras: con comida, medicinas, haciéndoles curas, dándoles terapias…

11 dando masaje

Y por fin tenemos aparatito para tomar la tensión (o la presión, como se dice por esta parte del mundo), lo cual nos viene genial porque es impresionante la cantidad de gente que en la zona tiene problemas de hipertensión y que ni siquiera era consciente, ya que nunca se la han tomado o no lo hacían desde años atrás. Puede pareceros increíble, pero el nivel de descuido aquí es tan grande que la gente siente dolor de cabeza o mareos, y simplemente se aguantan, en vez de ir al médico… Después de haber tomado tres medidas en días diferentes, ya hay tres personas a las que he mandado al médico para que les recete algo.
En este sentido, no quiero dejar de mencionar algo que para mí ha sido importante en estos días, y es que durante una semana he contado con la compañía y ayuda de Nancy, una de las chicas que han participado en la experiencia misionera organizada por las hermanas de Miami. Ella es enfermera y de manera incansable me ha acompañado durante su estancia aquí, haciendo curitas, tomando la tensión… y compartiendo el día a día. Ha sido todo un lujo, para mí y para la gente. De nuevo, ¡gracias, Nancy!
11 tomando la tension
En fin, aquí lo dejo por hoy. El próximo mes volveré para seguir contándoos cómo evoluciona todo. Hasta entonces, mis mejores deseos para las vacaciones que muchos de vosotros ya estaréis disfrutando.
Un abrazo grande para cada uno y hasta pronto.

Lidia Alcántara Ivars, misionera claretiana