CARTA DESDE MANOGUAYABO – NAVIDAD 2014

Manoguayabo, 25 de diciembre de 2014

Queridos amigos:
Mis mejores deseos para todos en este día de Navidad en el que recordamos el nacimiento de Jesús, nuestro Salvador. Siempre me conmueve tomar conciencia del hecho de que el mismo Dios quisiera hacerse uno de nosotros, así, débil, pequeño, frágil, necesitado, pobre… para darnos a entender lo más importante de la vida.
Va terminando ya este mes de diciembre que, como es habitual, suele estar cargado de actividades para todos. Por mi parte, ha sido un no parar y ni siquiera tener tiempo para responder a las felicitaciones que me llegaron el día de mi cumpleaños, así que aprovecho este espacio para daros las gracias a todos los que os hicisteis presente de una u otra manera, y para pedir también perdón por mi falta de respuesta. Lo iré haciendo poco a poco.
De las muchas actividades que ha habido últimamente, quiero contaros el fin de trimestre que tuvimos con los niños de las clases de alfabetización. Por refrescar la memoria, son unas clases que estamos ofreciendo durante dos horas de la tarde, de lunes a jueves, para niños que nunca han ido a la escuela, porque aquí es uno de los problemas más grandes que hay. Tenemos niños entre 5 y 14 años, y en estos meses van aprendiendo a escribir, a leer, sumar, restar… A ellos no les dijimos nada para que fuera una sorpresa, pero la semana pasada les preparamos una especie de fiesterita.

16 Fiesta 1

Como normalmente las clases las damos en la misma capilla porque no tenemos otro sitio, uno de los monitores ofreció el espacio que hay delante de su casa. Decoramos el exterior con globos y preparamos una meriendita. Venían todos preparados para dar su clase, con el cuaderno, el lápiz… y algo de sorpresa en sus caras porque no sabían por qué les estaban llevando a otro sitio para dar la clase de ese último día. Pero más aumentó la expresión de sorpresa en sus rostros cuando llegaron, vieron los globos y a mí esperando para pintarles las caras. En cuanto estuvieron todos pintados, se empezaron los juegos y luego terminamos con la merienda.

16 Fiesta 2

Fue una tarde preciosa, la verdad. Es increíble lo que esos muchachos disfrutaron con tan poca cosa. Sé por sus padres que, para algunos, ha sido la primera vez que han tenido algo así.
El día siguiente por la tarde-noche fui con mi comunidad a la ciudad, a ver el Parque de las Luces. Se trata de un parque que iluminan con millones de luces de colores. Todo un espectáculo para la vista, porque revisten todos los árboles de color y exponen otro tipo de creaciones luminosas.

16 Parque de las luces 1

Había también actuaciones de canto, danza… precioso todo. Como tenía reciente la actividad con los niños, no pude dejar de pensar en ellos, no solo por el contraste entre el derroche de luces que allí había –y el dinero que eso supone, claro- y las condiciones en las que ellos viven, sino en lo que disfrutarían si vieran ese espectáculo. Pero, al ser por la noche, es algo que no podemos ni plantearnos, no solo por las dificultades que entraña llevarlos hasta allí, sino por el riesgo que supone.

16 Parque de las luces 2

Así que tendremos que contentarnos con llevarlos algún sábado a un parque no demasiado lejano de aquí, para que al menos vean otras realidades distintas al Batey. Confío poder hacerlo en los próximos meses.
Por otra parte, antes de ayer hicimos el pedido de alimentos para repartir entre las familias más necesitadas del barrio. Esta vez, por eso de ser navidad, incluimos algunas cosas que no suelen ir en la bolsa que se les reparte, como un pollo, una barrita de salami, galletas, una bebida típica de aquí… En fin, algo especial. Fue una mañana de mucho ajetreo. Cuando terminamos, empezó el reparto. Esta vez yo me quedé en la casa, para ir organizando qué bolsas eran para quién, y sólo me tocó darlas a dos personas. Sin embargo, fue suficiente para tocarme el corazón una vez más y conmoverme profundamente. Una de ellas, cuando vio el contenido de la bolsa, se me echó al cuello llorando y dando las gracias a Dios por la ayuda que está recibiendo de nuestra parte. No paraba de decir que ella no es nadie, que nunca ha sido nadie ni siquiera para su familia, y que ahora el Buen Dios la está cuidando de una manera especial a través nuestra. Os aseguro que fue conmovedor. Yo llegaba ya a mi casa, iba subiendo la cuesta, me dolían todos los huesitos de mi cuerpo por la paliza de las últimas horas… pero iba también dando gracias a Dios por permitirme ser testigo de la alabanza y el agradecimiento de esta mujer que se siente amada y tenida en cuenta por Dios, solo porque nosotros le estamos ayudando. Me venía a la mente esa frase de la canción de Pescador de Hombres que dice “mi cansancio, que a otros descanse”.

16 Foto con Yoneiri
En fin, amigos, hermanos… este mes no os voy a contar más, al menos, con mis palabras. En vez de eso, prefiero terminar mi carta con el mensaje de Navidad del Papa Francisco. Igual algunos de vosotros ya la conocéis, pero en cualquier caso no viene mal volver a leerla ahora, y mañana, y pasado, y la semana que viene, y la otra… porque en realidad todos los días deberíamos recordar y celebrar este acontecimiento de la Navidad, y ser nosotros mismos Navidad. Nuestro Papa dice así:
«La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien un poco de silencio, para oír la voz del Amor.
Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma.
El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida.
Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida.
La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir.
Eres también luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad.
Los ángeles de Navidad eres tú, cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor.
La estrella de Navidad eres tú, cuando conduces a alguien al encuentro con el Señor.
Eres también los reyes Magos, cuando das lo mejor que tienes sin importar a quien.
La música de Navidad eres tú cuando conquistas la armonía dentro de ti.
El regalo de Navidad eres tú, cuando eres de verdad amigo y hermano de todo ser humano.
La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la bondad está escrita en tus manos.
La felicitación de Navidad eres tú, cuando perdonas y reestableces la paz, aun cuando sufras.
La cena de Navidad eres tú, cuando sacias de pan y de esperanza al pobre que está a tu lado.
Tú eres, sí, la noche de Navidad, cuando humilde y consciente, recibes en el silencio de la noche al Salvador del mundo sin ruidos ni grandes celebraciones; tú eres sonrisa de confianza y de ternura, en la paz interior de una Navidad perenne que establece el Reino dentro de ti.
Una muy Feliz Navidad para todos los que se parecen a la Navidad”.

Papa Francisco

¿Qué más decir después de esto? solo desearos, desearnos, ser auténtica Navidad unos para otros. Y un abrazo lleno de cariño y ternura para todos aquellos a los que estos tiempos se les hace difícil por el motivo que sea, en especial, hoy, para mis padres, que sé que sufren la distancia que nos separa y los meses que llevamos sin vernos. No dejéis de disfrutar de cada segundo que paséis con la gente querida…
Un abrazo grande para cada uno y… ¡hasta el 2015! ¡Feliz entrada de año!

Lidia Alcántara Ivars, misionera claretiana