Carta desde Manoguayabo

Batey Bienvenido, Manoguayabo, 2 de abril de 2019

Queridos amigos:

Tengo que empezar esta carta pidiendo disculpas por haber faltado a mi cita estos últimos meses. Realmente agradezco todos los mensajes que me habéis enviado diciendo que echáis de menos las cartas, ¡gracias de corazón!

La verdad es que, a causa de los nuevos servicios que se me han pedido en la Congregación, desde que empezó el año no he parado de viajar por diferentes encuentros y actividades, y me cuesta encontrar un rato para seguir contándoos sobre “la vidilla del batey”. Tal es así que en los tres últimos meses he tenido que viajar un par de veces a España, dos a Miami, una a Puerto Rico, además de los viajes mensuales que hago dentro de República Dominicana por la pastoral vocacional. Gracias a Dios, todos los encuentros han sido muy buenos y fructíferos y, de una u otra manera, seguimos intentando construir Reino con cada actividad.


Por desgracia, me ha pasado ya varias veces que cuando vuelvo de algún viaje me encuentro con malas noticias: gente, como la familia de Emanés, que se ha quedado sin nada porque su casa de madera salió ardiendo… alguno de nuestros enfermos que ha fallecido… Desde la última vez que os escribí han sido Antonieta, una viejita ciega a la que llevábamos atendiendo hace años, y Delania, la señora con cáncer de la que os hablaba en mi última carta. Según me contaron, lo de Delania no fue solo por lo mal que ya estaba, sino que uno de sus sobrinos le dio unas pastillas que habían recetado a otra mujer que había muerto de cáncer, dichas pastillas le sentaron mal y eso aceleró el proceso. Una vez más, me llené de indignación al saberlo… ¡Cuánto desastre causa la ignorancia!

Por la parte del proyecto Sin Papeles No Soy Nadie puedo contaros que las cosas están cada vez más difíciles y la gente más desesperada.

En primer lugar, después del dineral que los haitianos tuvieron que gastar hace cuatro años para entrar en el Plan de Regularización, a muchísimos de ellos los han cancelado, lo cual supone que vuelven a estar ilegales. La Mesa de Ayuda para el Inmigrante está trabajando para ver si vuelven a incluir a algunos en el Plan, pero la cosa va demasiado lenta y sin garantías de que se vaya a conseguir algo seguro.

En segundo lugar, a todos los hijos de haitianos que nacieron aquí antes de abril de 2007 y que entraban en el Plan de Naturalización, les están dando largas en vez del documento de identidad dominicano que les corresponde, con lo cual siguen indocumentados y sin posibilidad de estudiar ni de trabajar.

En tercer lugar, han llegado a la Embajada de Haití muchos pasaportes hechos entre los meses de marzo a junio de 2018, pero solo de las personas que ya tenían pasaporte vencido y fueron a renovarlo. El resto, los que fueron a hacérselo por primera vez, siguen sin recibirlo después de un año. Y lo malo es que éstos son la mayoría… Para que os hagáis una idea, de marzo a diciembre de 2018 yo llevé a 158 personas a hacerse pasaporte. De esos 158, solo 23 eran para renovar, y de esos 23 han llegado 10. No hace falta hacer muchos cálculos para darse cuenta de lo indignante de la situación… Según me han contado “mis contactos”, se descubrió corrupción dentro de algunas personas que trabajaban en la Embajada y se está poniendo remedio, pero la cosa va lenta y han decidido empezar por traer los pasaportes de renovación, aunque, supuestamente, van a ir llegando todos poco a poco. Yo esto no quiero contarlo abiertamente a la gente de aquí para no desesperanzarlos más, pero el asunto es bien feo. Además, cómo será la cosa, que llevan tres meses sin hacer ni renovar pasaportes. ¡Cuando empiecen a hacerlos no voy a dar abasto de tan larga como va ya la lista de los que quieren ir!

Un cuarto tema dentro de este proyecto es el de las declaraciones de niños. De los que siguen llegando y nacieron en hospital, podemos hacer el proceso con normalidad. Ahora bien, los que nacieron en la casa con una comadrona no tienen la misma suerte porque el proceso también lleva paralizado casi dos años. ¿Por qué? Pues porque uno de los documentos que necesitan para poder ser declarados es el papel del alcalde que avala que la criatura nació en la casa. Ese papel lo hacen los alcaldes, pero los tiene que firmar el jefe de los alcaldes de la zona. Nunca hubo problema con eso hasta que pusieron a una señora -de la que no mencionaré el nombre- en ese cargo. Era una abogada sabelotodo, que en realidad sabía poco del asunto, y bastante racista. Como no atendió a razones cuando fui a verla, me fui directamente a quejarme al Síndico de la zona. Se ve que no fui la única que se quejó, porque al poco tiempo la suspendieron de su cargo y pusieron a otro señor. A petición de uno de los alcaldes fui a verlo y también empezó a poner problemas, argumentando que eso no le corresponde a la alcaldía y cosas similares. En nada tenía razón y, con ayuda de documentación que me facilitaron en la Junta Electoral, así se lo demostré. No quiero sonar prepotente con esto, pero realmente es increíble la falta de capacitación que tiene mucha gente aquí, o la falta de ganas de trabajar, no sé… Bueno, el caso es que este señor no tuvo más remedio que darme la razón y me dijo que podía enviar directamente a las mujeres a su oficina, sin pasar por el alcalde. ¡A todas las rechazó y se negó a hacerles el papel! De tal manera que hay en este momento más de 200 niños y jóvenes esperando poder disfrutar algún día del derecho fundamental a ser alguien, a que su existencia sea reconocida en la sociedad, a poder estudiar… Mañana he quedado con un concejal amigo para que me acompañe a visitarlo por última vez. Según cómo transcurra la entrevista, igual vuelvo a visitar al Síndico. Ya os contaré…

Por la parte de la Escuelita, el curso sigue su proceso. Los alumnos están muy motivados y esta próxima semana tendrán sus exámenes, antes de las vacaciones de Semana Santa. También ha ocurrido una desgracia aquí, y es que el pequeño Walter, de 6 añitos recién cumplidos, se electrocutó la semana pasada. Se ve que un día de lluvia estaba intentando volar una chichigua (cometa) que había confeccionado él mismo, la chichigua se le pegó al poste de la luz, él fue a soltarla y directamente se electrocutó. Aún sigue interno en el hospital. Hace un rato su madre me ha dicho que está un poquito más aliviado, pero aún con muchos dolores y no saben cuándo le darán de alta.

Bueeeeeno, diréis que ¡menuda carta trágica que estoy escribiendo! No es mi intención, la verdad, es simplemente la realidad que tenemos. Ya se sabe eso de que “a perro flaco todo se vuelven pulgas”. Pero, aparte de todo esto que os cuento, hay muchas cosas buenas que también ocurren, mucho trabajo bien hecho, mucha ayuda repartida con generosidad, gente que va saliendo adelante gracias a la ayuda que reciben de los proyectos… y eso, que no sale en los telediarios, es tan real como lo otro, y es con lo que debemos quedarnos.

Termino por hoy. Os deseo a todos un buen final de cuaresma y una mejor Semana Santa, vivida en profundidad, para poder prepararnos adecuadamente al Gran Misterio Pascual que tan próximo está.

Un abrazo a cada uno y mis mejores deseos.

Lidia Alcántara Ivars, misionera claretiana