CARTA DESDE MANOGUAYABO

Batey Bienvenido, Manoguayabo, 28 de febrero de 2017

Queridos amigos:

Con la confianza de que todos os encontréis bien, llego a mi cita mensual. ¡Muchas felicidades a todos los que somos andaluces en el Día de Andalucía!

Este mes de febrero ha estado cargadito de actividades porque, aparte de lo habitual, hemos tenido algunas nuevas y otras extraordinarias. Una de las nuevas ha sido un Telar Vocacional que hemos comenzado a realizar con jóvenes de la zona. El Telar consiste en encuentros mensuales en los que se invita a profundizar en un tema concreto, sobre el cual se sigue reflexionando a lo largo del mes, hasta el siguiente encuentro. Es algo que llevábamos tiempo queriendo implementar, como Claretianas, a fin de ayudar a los jóvenes a situarse de manera madura en la vida, buscando el querer de Dios y, así, la propia felicidad. Este primer encuentro giró sobre el tema de “El encuentro con uno mismo, con los demás y con Dios”. No pudieron asistir varios jóvenes que estaban interesados y que se van a enganchar en el siguiente, pero, aun así, vinieron 25. ¡No está nada mal! Sobre todo, porque todos quedaron muy contentos, entraron muy bien en la dinámica y quedaron con ganas de más. Confío esta nueva actividad a vuestra oración, para que dé buenos frutos y tenga buenas repercusiones, no sólo en los jóvenes, sino también en los ambientes en los que se mueven. Hoy en día, tal como está todo y dada la superficialidad con la que la sociedad invita a vivir, es fundamental tener oportunidades para descubrirse uno a sí mismo, su verdadero ser, sus inquietudes… y tener herramientas que ayuden a vivir de un modo más auténtico, ¿verdad?39-telar

Por otra parte, en la escuela hemos empezado con las convivencias. Este año, por primera vez, las vamos a realizar con todos los cursos, incluyendo a los de Nivel Inicial, que tienen 3, 4 y 5 añitos. De hecho, la de ellos fue la primera. Esa y la de 1º y 2º las prepararon y dirigieron Aurimar y Gaby, de quienes os hablé en mi anterior carta. Ambas están siendo, con su gran creatividad y disponibilidad, una gran ayuda para la Pastoral. Para los muchachos es una novedad lo de las convivencias porque, hasta ahora, solo la habíamos realizado con un par de cursos. El hecho de salir del “recinto” escolar y de tener actividades diferentes es algo que les motiva mucho. Ahora estoy preparando las de los otros seis cursos, que las tendremos en el mes de marzo. 39-convivencias

En cuanto a la Pastoral de la Salud, la verdad es que este mes, como estoy con algunas cosas de la Congregación que me están llevando mucho tiempo, sólo he podido salir dos días a visitar enfermos. Eso sí, saqué un ratito para ir a ver a alguien muy especial para mí: la viejita Elodia. Quienes me seguís desde el principio la recordaréis. Es una mujer ciega a la que los dos primeros años de estar aquí iba a bañarla y ayudarla en lo que podía. Vivía de prestado en una casa del batey, pero, desgraciadamente, hace algo más de un año se encargó de ella otra gente que vive bastante lejos de aquí y, desde entonces, no había podido verla. Por fin encontré a la señora que la tiene acogida, me explicó cómo llegar a su casa y fui hace un par de semanas. Cuando llegué, Elodia estaba sentada en una silla, dormida. Me acerqué y le di un montón de besitos en la frente, como siempre fue mi costumbre. Se despertó sobresaltada y empezó a tocarme la cara gritando nerviosa: “Luna, ¿eres tú?”. Y es que, como en esta isla la gente tiende a tener apodos, ella hace tiempo que me llama Luna, porque dice que interiormente Dios la hace imaginarme así. 39-con-elodia

Os aseguro que fue un encuentro muy emotivo. Por supuesto, me preguntó por mi madre, por mi padre, por mi hermano, por las hermanas de la comunidad y por cada uno de los misioneros que han pasado por aquí a los que he llevado a conocerla. Es increíble cómo recuerda el nombre de todos. Y creo en sus palabras cuando me dice que sigue orando cada día por todos a los que le he encomendado. Esa viejita me robó el corazón desde el principio, y me quiere con locura. A todo el mundo le dice que soy “su madre”, que es como aquí llaman a la gente que se preocupa por uno. Es gracioso que alguien tan mayor (y no es la única) me diga que soy su madre, pero, más que gracioso, es algo precioso, por el valor intrínseco que hay detrás de sus palabras. Podéis creerme cuando digo que, para mí, es un auténtico regalo de Dios.

39-entrega-documentosPor lo demás, he seguido entregando los documentos haitianos que me han ido dando en la Embajada de Haití, con la correspondiente felicidad que supone para los afortunados. Y a los menos afortunados que siguen viniendo cada semana a ver si ha habido suerte, procuro repartir palabras de consuelo y esperanza. Ciertamente la situación está difícil. Dentro de la misma embajada, hay quienes me dicen que está habiendo problemas para hacer todos los pasaportes y que no se puede asegurar cuándo llegarán. Pero, por otra parte, hay quien me asegura que todos los documentos van a llegar. Se va acercando el tiempo en el que vence la residencia temporal de quienes se inscribieron en el Plan de Regularización y la gente se va poniendo nerviosa porque no llegan los pasaportes. Es complicado. Parece ser que igual se amplía el plazo, por aquello de que no han llegado los documentos y no es culpa de la gente, pero… ya veremos.

Ahora muchos están ansiosos por recibir su pasaporte, no ya para obtener la residencia dominicana, sino para irse a Chile. Es el boom del momento, porque se ve que hay mucho trabajo allí. Ya hay bastantes hombres y mujeres de los que he ayudado que se han ido para allá, con el equipaje cargado de esperanza, en busca de un futuro mejor. Otros, lo harán en cuanto puedan. Ojala tengan suerte y puedan salir adelante, porque el esfuerzo que supone dejar lo poco que tienen y, sobre todo, separarse de sus hijos, es duro.

El proceso de declaraciones de niños que han nacido aquí también sigue adelante. Ya estamos recogiendo los frutos de aquellos que fueron a declarar hace seis meses. No sé si os lo conté, pero los hijos de haitianos nacidos en el país después del 2010, si tienen todos los papeles en regla (son las declaraciones juradas con testigos que hago en la notaria), obtienen su acta dominicana en el momento. Pero los que nacieron antes del 2010 son sometidos a un proceso de investigación y, por eso, les dicen que hay que darles seguimiento en seis meses. Ahora estamos dando ese seguimiento a los que depositaron en junio, los primeros. Algunos ya la han conseguido y a otros les están poniendo más problemas, haciéndolos que vayan de acá para allá. Pero confío que todos lo conseguirán. 39-declaraciones-dominicanas

Como comprenderéis, esto está ocurriendo así, no sólo por el trabajo que yo hago, sino gracias a todos los que estáis detrás, apoyando económicamente y también con vuestra oración. Yo no podría hacer nada sin ese soporte. Por eso, ¡gracias una vez más, por lo uno y por lo otro! Dios lo premiará de alguna manera, porque estamos ayudando a hacer este mundo algo mejor, no os quepa la menor duda. En ese sentido, esto me recuerda una anécdota que me pasó el otro día. Resulta que una maestra de la escuela estaba contando lo que había oído a unas mujeres que estaban en la calle. Andaban criticándonos, como escuela, porque no teníamos inscripciones para sus hijos. La gente no se da cuenta que andamos sobrepasados y que no tenemos espacio para más alumnos… Pero, a lo que iba… la maestra contó después que una señora siguió con sus críticas amargas, esta vez ya expresamente referidas a mí, diciendo llena de desprecio: “y esa monja que no para de ayudar a ESOS haitianos”. Sinceramente, he de reconocer que el comentario me dio pena, porque el corazón de esa mujer está lleno de desprecio, y eso no es bueno. Pero, al mismo tiempo, en lo que se refiere a mí, me sentí muy alegre, ya que me vinieron a la mente las palabras de la Bienaventuranza: “Benditos vosotros cuando os injurien por mi causa”. Y es que… la Palabra de Dios sigue viva. Y experimentarla en mí me hace feliz.

39-con-idania-y-greisyBueno, aquí lo dejo. El próximo mes, más. Mañana comenzamos una nueva Cuaresma en nuestra vida. Ojala sea para todos un tiempo de mejorar, de acercarnos más al Dios de la Vida y a los hermanos que más nos necesitan. ¡Un abrazo para todos y cada uno!

Lidia Alcántara Ivars, misionera claretiana